viernes, 11 de enero de 2013

Organiza tu tiempo

Lo que vamos a mencionar está sacado del libro de Stephen R. Covey “Los 7 hábitos de las personas altamente eficaces”. Libro de cuya lectura podremos sacar muchas conclusiones útiles.

Hay que comenzar diciendo que el verdadero desafío no es la administración del tiempo, sino la administración de uno mismo. Tomar control del tiempo y de los acontecimientos en nuestras vidas viendo cómo se relacionan con nuestra misión, nuestras metas.

Definamos los términos:

IMPORTANTE: Vinculado a la misión, a nuestras metas. Son todas aquellas actividades que nos acercan a nuestros objetivos. Es aquello que contribuye a conseguir el objetivo que te has propuesto. Algo que, de hacerlo, te acerca más a donde quieres llegar y a mantener control de la situación. Por ejemplo, mantener una buena forma física y comer de forma saludable son importantes.

URGENTE: Urgente en cambio se trata de algo que tienes que hacer ya. Te sientes presionado (reaccionas) ante una tarea urgente. Por ejemplo, coger el teléfono que está sonando. Es lo apremiante, que necesita atención inmediata. Puede ser una actividad importante o no.

En función de estos conceptos podremos dibujar una tabla, con cuatro cuadrantes, como la siguiente:



Pasemos a la explicación de cada uno de los cuadrantes, pero antes échale un vistazo a la siguiente imagen:



I: Importante y Urgente: En la tabla, esta es la celda de la “Necesidad“. Si administras tu tiempo desde el cuadrante I, te ocurrirán cosas del estilo de: siempre llegas tarde a todas partes, te preparas los exámenes al final, vas con prisas siempre, te falta tiempo para terminar los trabajos que tienes que presentar en clase.

II: Importante y No Urgente: Aquí estás en control de la situación. Vives en equilibrio. Planificas bien. Te cuidas: tu alimentación, forma física, salud mental. Y también llevas a cabo tareas tareas de introspección, es decir, que te preocupas por analizarte con frecuencia y ver qué es lo que estás haciendo bien para seguir con ello y qué no haces bien para arreglarlo.

III: No Importante y Urgente: Reina la distracción. Las interrupciones ocurren a menudo y son ineludibles (teléfono móvil que suena mientras estudias, programa de televisión que no te puedes perder, partida en grupo con el videojuego del momento). Saltar al correo electrónico cada vez que recibes un mensaje nuevo, enviar rápidamente un mensaje de spam diciéndote que o lo envías rápidamente a 100 amigos tuyos o el mundo se acaba en 5 minutos, …

IV: No Importante y No Urgente: No hay control. Pierdes tu tiempo en cosas que no te llevan a ningún sitio. Ver la televisión, jugar a los videojuegos, navegar indiscriminadamente por Internet, chequear compulsivamente el correo electrónico, re enviar mensajes del estilo: “si envías este mensaje a 10 personas más, se te cumplirá un deseo”, …













Esto es lo que ocurre, según el cuadrante en el que te mueves:
Resultados:
I: El estrés es tu medio natural, te encuentras agotado física y mentalmente. Vas poniendo parches para ir tirando, te falta tiempo para terminar todo lo que tienes entre manos. Necesitas hacer lo que tienes que hacer ahora o ahora. No puedes dejarlo para después. Por ejemplo: el examen es dentro de 2 días y no has estudiado nada todavía; tienes que entregar una práctica de laboratorio en 5 días y necesitarías 2 semanas para prepararla con garantías de aprobar; no tienes apuntes de la asignatura, el examen es muy pronto y vas como loco buscando a alguien que te deje los suyos para fotocopiarlos; …
III y IV: Paras lo que estás haciendo por cualquier cosa que surge.
No te preocupas por las consecuencias de lo que haces o de lo que no haces. Estás fuera de control aunque no te des cuenta. Haces precisamente lo que no te ayuda a conseguir tus objetivos. Lo que te aleja de ellos.
Estado ideal. El cuadrante II (En control): Es difícil que tu forma de administrar el tiempo se centre en uno solo de los cuadrantes. Seguramente harás un poco de todo. ¿A qué cuadrante tiendes cuando estás en control de la situación? Efectivamente, al II. Porque tú dominas la situación y no al revés.
Planificas. Tienes autocontrol, ves las cosas desde una perspectiva global que te permite anticiparte en muchas ocasiones. Cuando surgen crisis, que son las menos, estás preparado para resolverlas. Cuando te centras en el cuadrante II te preparas los exámenes con tiempo suficiente, haces deporte de moderadamente, cuidas tu alimentación, cuidas a tus amigos, familia y pareja si la tienes. Coges tus propios apuntes, que pasas a limpio. Estudias con material de distintas fuentes.
Recurres a la bibliografía recomendada, que es esa lista de libros que aparece al final del programa de la asignatura y que nadie se estudia pero que, de hacerlo, te ofrece esa perspectiva nueva con la que ver el examen y te da esa sensación de “me da igual lo que me pregunten, estoy deseando hacer el examen”. Tienes terminados los proyectos, prácticas de laboratorio y demás trabajos antes de la fecha límite, sin esperarte al final. Cuando tienes pruebas orales, no improvisas. Dominas la materia. No hay miedo escénico. Quizás nerviosismo por demostrar lo que sabes. Pero nada más.
Llevas una vida equilibrada en la que no hay estrés. Todo ocurre de forma natural. Das la correcta prioridad a las cosas y dices “no” a lo que te perjudica o va en contra de tus principios y objetivos. Eres respetuoso con tu entorno.
Todo aquello que cae dentro de los cuadrantes III y IV, lo borras de tu lista de actividades. Ni te distraes ni pierdes el tiempo más de lo estrictamente necesario.


Propuesta:
“Si hicieses una sola cosa que fuese a tener un efecto tremendamente positivo en tu vida de estudiante (personal/profesional), ¿qué sería?”, dice Covey.
A mí se me ocurren, por ejemplo: Emplear unos minutos para pasar a limpio los apuntes que tomas en el mismo día en que los escribes; emplear un tiempo en aprender y utilizarlos para memorizar la materia de la que te van a examinar.



  1. http://www.elartedelamemoria.org/2008/11/28/los-cuatro-cuadrantes/
  2. http://estrategiadeltriunfo.blogspot.com/2010/10/optimismo-e-ilusion.html


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