La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad de caracter autoimune (por auto- anticuerpos anti-tiroideos), causando una inflamación de la glándula tiroides. Es una causa frecuente de hipotiroidismo subclínico primario, por tiroiditis con bocio. La presentación clínica es igual a cualquier estado hipotiroideo y, por ende, el tratamiento es de sustitución de hormonas tiroideas. Es más común en mujeres que en hombres (en proporción 14:1), que se presenta o pesquisa por lo general en el segundo decenio (entre los 20 y los 30 años).
El Diagnóstico puede hacerse por presentación clínica, aunque por lo general son asintomáticos. El diagnóstico también puede hacerse puramente de laboratorio después de una sospecha, donde se exige niveles de TSH alta, T3 y T4 normales o bajas, además se encuentran elevados los niveles de anticuerpos anti- tiroideos (también llamados anti-microsomales o anti-peroxidasa o Anti-TPO) que son los responsables de la autodestrucción de la tiroides; ésos se elevan en un 98% de los casos de hashimoto y por los general ésta elevación precede a los desbalances de TSH, T3 y T4. Por lo tanto es importante sospechar Hashimoto en: Paciente mujer con hipotiroidismo subclínico primario, con niveles de anti-TPO elevados, bajo sospecha clínica o hallazgo de laboratorio en examen de rutina.
Dentro de los síntomas más comunes destacan: astenia, adinamia, sequedad de la piel, sensación de frío, caída del pelo, dificultad para concentrarse, mala memoria, constipación , aumento de peso , disnea, voz ronca, hipermenorrea, parestesias, calambres, artralgias, hipoacusia, uñas débiles y de crecimiento lento, baja de la libido.
El riesgo de producir anticuerpos en contra de la glándula tiroides es mayor en mujeres embarazadas o que hayan dado a luz en los últimos 6 meses, personas con enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso, enfermedad de Graves, Diabetes tipo I, anemia perniciosa, etc) y aquellos con historia familiar de enfermedades tiroideas.
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