Escuchar en educación, una de las claves
¿Cuántas veces no hemos oído la frase: “estos chicos no escuchan”? Así también, son frecuentes las quejas de los jóvenes porque sus padres o sus profesores tampoco los escuchan. Revise la importancia de este cotidiano acto en la manera de enseñar y aprender.
La educación es un proceso de comunicación, y la comunicación humana tiene dos facetas: hablar y escuchar. Así lo plantea el Dr. Rafael Echeverría, sociólogo de la Universidad Católica de Chile y Doctor en Filosofía de la Universidad de Londres. Si examinamos detenidamente la comunicación, dice Echeverría, nos daremos cuenta de que ella descansa, principalmente, no en el hablar, sino en el escuchar, que es el factor fundamental del lenguaje. El escuchar valida el hablar, pues le confiere sentido a lo que decimos. Por lo tanto, es lo que dirige todo el proceso de la comunicación.Así, la escucha es una de las competencias más importantes en un ser humano. Gracias a ella construimos nuestras relaciones personales, interpretamos la vida, nos proyectamos hacia el futuro y definimos nuestra capacidad de aprendizaje y de transformación del mundo, según el Echeverría.
Escuchar nos ocurre, no lo producimos, pero podemos aprender a hacernos responsables de ello. Para lograr concitar la escucha del otro, uno de los factores más importantes que se deben considerar es si aquello que vamos a decir responde a las inquietudes del oyente.
Para entender el fenómeno de la escucha es importante hacer una distinción entre el oír y la escucha… Oír es un fenómeno biológico. Escuchar es un fenómeno totalmente diferente: pertenece al dominio del lenguaje y se constituye en nuestras interacciones sociales con otros. Para escuchar no basta con oír: es necesario interpretar lo que el otro dice. La interpretación es el corazón de la escucha y requiere de una escucha realizada con todos nuestros sentidos. En rigor, escuchar es igual a percibir más interpretar.
Este proceso interpretativo, sostiene Echeverría, revela el carácter histórico de los seres humanos, pues toda interpretación se realiza desde un pasado, desde una tradición de sentido que remite tanto a nuestra historia personal como a la historia de la comunidad a la que pertenecemos y en la que hemos crecido. La interpretación pone de manifiesto que cada cual interpreta desde una historia particular que nos hace ser en el presente un tipo de intérprete particular
Finalmente, es importante decir que en la escucha hay una corresponsabilidad del oyente y del orador. Dicho de otra forma, somos responsables tanto de nuestra propia escucha, cuando somos oyentes, como de la escucha que exhiben nuestros oyentes cuando asumimos el rol de oradores. Esto significa que si logramos hacernos competentes en el arte de la escucha, no sólo mejoraremos cuando los demás nos hablen, sino que también mejoraremos la escucha de quienes nos hablan cuando nosotros les hablemos.
Nota: El Dr. Rafael Echeverría es miembro de número de la World Academy of Art and Science (WAAS). Fue profesor de la Universidad Católica de Chile, consultor de UNICEF y de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas.